Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los
ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que
retiñe.
Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los
misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de
trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.
Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los
pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para
nada.
El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso,
no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio
interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la
injusticia, sino que se regocija con la verdad.
El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo
lo soporta.
El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de
lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y
nuestras profecías, limitadas.
Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es
imperfecto.
Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un
niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las
cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos
cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me
conoce a mí.
En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la
esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor.
¡qué casualidad! Este finde estuvimos hablando con mi marido de hacer algo así. ¡Gracias por el empujoncito! :D
ResponderEliminarHola Paula! Me alegra ser inspiración!!! Es una linda idea y uno puede hacer lo que quiera! Saludos!!
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